El glifosato fue sintetizado por primera vez en los años 50. En 1970, el químico John E. Franz, descubrió sus efectos herbicidas. Empezó a comercializarse por la compañía Monsanto en 1974 bajo el nombre de Roundup.
El éxito de Roundup llegó en los años noventa. Se utilizaba en cultivos de plantas genéticamente modificadas inmunes al efecto del glifosato. Esto permitía utilizar intensivamente el herbicida para eliminar las malas hierbas sin afectar al cultivo principal. La patente comercial de Monsanto acabó en el año 2000, con lo que desde entonces el glifosato comenzó a utilizarse libremente en herbicidas genéricos, popularizándose todavía más. Es barato y muy eficaz.
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