Hemos escuchado tantas veces eso de que «Una copita de vino es buena para el corazón» que parece verdad. Recuerdo a mi abuela, que no solía tomar alcohol, diciendo que el vino era salud. En los días de fiesta, con las mejillas encendidas y los labios tintados, disfrutaba mojando un pedazo de pan en sus sopas de burro cansado. Las sopas de burro cansado son un postre típico gallego: vino tinto caliente con azúcar y migas de pan duro. Si es tradicional, tiene que ser bueno. Si toda la vida se ha dicho que el vino es bueno para el corazón, será cierto. ¿O no?
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