En 1990 el cineasta Martin Scorsese creó The Film Foundation, una fundación sin ánimo de lucro encomendada a la preservación y restauración de películas de cine clásico.
Probablemente esta fundación no existiría si Scorsese no hubiese tenido un momento revelador de la problemática cuestión de la preservación del patrimonio cuando, en un pase doble de cine al que asistió en su juventud, le chocó el triste estado en el que se encontraba la copia emitida de una importante película.
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