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Deborah Garcia Bello

Dimetilsulfuro: olor a mar

He pasado gran parte de este verano alejada del mar y, además de echarlo de menos como paisaje, como referencia orientativa, como horizonte, como termorregulador, como banda sonora, he echado de menos su olor. Toda mi ciudad huele a mar, con sus matices, dependiendo de la hora del día, de la estación, del clima. Y ese olor a mar tiene un responsable principal: el dimetilsulfuro (DMS).
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El DMS es producido en el ecosistema marino por diatomeas, cocolitofóridos (fitoplancton) y bacterias que contienen DMSP-liasas, que degradan en DMSP (dimetilsulfopropionato) a DMS. El DMS, por ser un compuesto volátil, pasa a la atmósfera fácilmente, y es movilizado por el viento.
En la atmósfera el DMS actúa como un efectivo núcleo de condensación, es decir, que las moléculas de agua presentes en la atmósfera se condensan alrededor de las moléculas de DMS dando lugar a la formación de nubes, y éstas, a su vez, dando lugar a precipitaciones. Dependiendo de la altura alcanzada por el DMS, éste puede oxidarse y dar lugar a SO2, que también es un buen núcleo de condensación.

De este modo, el papel del ciclo del DMS en el clima parece ser evidente, hasta el punto de que la actual mayor estratificación por temperaturas de los océanos causaría una mayor proliferación de cocolitoforidos, y éstos una mayor concentración de DMS en la atmósfera, lo cual frenaría el calentamiento global. Por el momento, este ciclo es una hipótesis muy seductora, ya que estaría apoyada por la Hipótesis de Gaia (enunciada por primera vez por James Lovelock y Lynn Margulis en la década de 1970, que sostiene que los procesos físicos y biológicos de la Tierra están inextricablemente conectados para formar un sistema auto-regulado y básicamente sensible). Actualmente se siguen haciendo estudios de seguimiento de los compuestos de azufre (por medio de marcaje isotópico) para concretar todas las etapas de este ciclo y su influencia en el clima.
El dimetilsulfuro es el olor a mar, muy probablemente sea un regulador climático, y es el responsable del título que le he dado a este blog, en realidad por puro romanticismo.
Ilustración de portada realizada por Tamara Feijoo